La cultura contribuye
al fortalecimiento de las identidades, apoya la diversidad cultural y estimula la participación ciudadana, valores imprescindibles en la promoción de sociedades democráticas.
La cultura es una herramienta para la reconciliación y la cohesión social.
NUESTRO RETO ES lograr el desarrollo sostenible de las personas y de los pueblos, frente a la pobreza, tomando la cultura como fuente y base para el cambio social.
¡Cultura y cambio!
Cultura como derecho
Cada habitante tiene derecho no solo de acceder a la cultura, sino de participar en su producción.
Sólo los habitantes que ejercen sus libertades y gozan de sus derechos pueden desarrollar plenamente todas sus capacidades individuales y colectivas.
No es posible el desarrollo sino hay un verdadero respeto a los derechos culturales de las personas y los pueblos.
Cultura como industria
La cultura genera oportunidades para el desarrollo económico y para la reducción de la pobreza.
Crea empleos, exportaciones y promueve el crecimiento económico.
Estamos convencidos de que la cultura como parte integral del desarrollo sostenible contribuye decisivamente a lograr los Objetivos del Milenio (ODM).
«La cultura puede considerarse como el conjunto de los rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social. Ella engloba, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. La cultura da al hombre la capacidad de reflexión sobre sí mismo.
Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. Por ella es como discernimos los valores y realizamos nuestras opciones. Por ella es como el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevos significados y crea obras que lo trascienden». Definición adoptada por la UNESCO.